sábado, 10 de noviembre de 2012

MURRAY LEINSTER - Fuera de este mundo (1958)


Murray Leinster es mi autor favorito para los largos viajes. Leí El planeta solitario entre la larga espera en el aeropuerto de Fiumicino (Roma) y Madrid,  Mundo prohibido en dos tardes de verano, y elegí Fuera de este mundo para un viaje a Granada en tren. Son historias sin grandes complicaciones -aunque son un reflejo de la realidad y de su pensamiento-, maravillosamente bien escritas y muy entretenidas.

Si hay una pregunta que no hay que hacer a un escritor de ciencia-ficción –de mainstream, sí, of course, sobre todo a los “premios” Planeta-, es de dónde saca sus ideas. No se trata solamente de que sea algo obvio, sino que se lo han preguntado tantas veces que les cabrea. Leinster tomó la idea para Fuera de este mundo de un suceso curioso. Un campesino del que no se podía sospechar formación, se presentó muy alterado en la Universidad de Harvard. Pidió entrevistarse con urgencia con los “sabios”

sábado, 3 de noviembre de 2012

ISAAC ASIMOV - Bóvedas de acero (1954)


Cuando no se sabe qué leer, lo mejor es acudir a un clásico. Eso pensé, y eso hice. Sin embargo, Bóvedas de acero, del amigo Asimov, no tuvo suerte conmigo. Los libros tienen su momento, y éste llegó a mi vida cuando un problema grave no me dejaba respirar. Finalmente lo superé, o eso parece, y con ello le llegó la suerte: un solitario viaje en tren a Granada. No sólo terminé Bóvedas de acero, sino que leí también Fuera de este mundo, de Murray Leinster, uno de mis autores ligeros favoritos.

La novela es un thriller muy entretenido. A veces, leyendo, recordaba a un tipo que en una red de ciencia-ficción defendía airadamente que tenía un trasfondo “fascista”. Ya me pareció raro entonces, antes de leerla, y ahora sé que es una absoluta idiotez. La trama es conocida, incluso muy parecida a la fantástica película Yo, robot, protagonizada por Will Smith, al que tanto le debemos los buenos aficionados al cine de ciencia-ficción. En la novela,

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